La ambición desmedida suele venir acompañada de desventuras y precisamente de eso se aprovechan algunos estafadores profesionales para obtener dinero relativamente fácil. Más de uno sabe de alguien que ha caído en estafas clásicas, al igual que las estafas electrónicas (que son las que mas nos competen), existen digamos, las estafas o timos, de entre las mas conocidas que algunas personas realizan en el día a día hay que estar pendientes de que no nos sucedan.
El rollo de billetes
Ésta es otra estafa legendaria. Uno va caminando por la calle y de repente ves que a alguien que va delante de ti se le cae un fajo de billetes enrollado. En eso, alguien más lo levanta y va a hacia a ti y te pide que guardes silencio, que en un momento se lo reparten. La ambición comienza a despertar en ti, ya que claramente viste que se trataba de un fajo gordo de billetes.
La persona a la que se le cayó el dinero, obviamente coludido con el que lo levantó, se acerca a ti a preguntarte si no los viste, te dice incluso que era una fuerte cantidad. Por ejemplo, eran 20 mil pesos en billetes de 500. El tipo que tiene el fajo te hace señas de que no digas nada, hasta que el dueño se retira.
Es entonces que te dice, que no quiere problemas, que le des lo que traigas y él a cambio te da el fajo de billetes. Algunos incautos caen y dan todo lo que traen a cambio de ese rollo de billetes que resulta ser de papel periódico y billetes falsos. Otra modalidad es que te llevan a un lugar apartado para repartirse el dinero y ahí te asaltan. Lo mismo suele variar de billetes a una bolsa con joyas, que al final resulta bisutería.
Huleros
En esta estafa, más que la ambición, lo que utilizan es la intimidación. Generalmente “trabajan” en estacionamientos. Cuando llegas a un centro comercial y te estaciones, puede llegar un tipo a decirte que los hules de tus puertas ya están muy gastados, que te los cambia a 15 o 20 pesos. Te dicen que en lo que vas de compras y vienes ya estará listo. Y sí, cuando regresas ya te cambiaron los dichosos hules. Tu haces tus cuentas, fueron a lo mucho dos hules, van a ser 40 pesos.
Pero no. Grave error, porque este hulero te hace otras cuentas y resulta que era 15 o 20 pesos por metro y total, que incluso hasta quiere cobrarte en metro cuadrado y al final resulta que le debes 1000 pesos.
En ese momento de la discusión llegan 2 o 3 o más tipos, amigos del hulero y como hasta las puertas de tu auto están abiertas se suben y se sientan. Empiezan a preguntar por tu coche, qué modelo es, como cuánto cuesta, si está asegurado. Es decir una intimidación total. Al final, acabarás pagando lo más que puedan sacarte o te arriesgarás a que se molesten y te hagan otra cosa.
¿Dónde quedó la bolita?
Generalmente están en tiaguis o entre los puestos de vendimia afuera de las estaciones del Metro que tienen paradero de camiones. Es un tipo que apila dos cajas que hacen de mesa y ahí tiene tres tapaderas pequeñas y la bolita. Empieza a moverlas muy rápido y quien apuesta y adivina gana la misma cantidad que arriesgó.
Generalmente está rodeado de dos o tres personas, que son sus “paleros”, es decir, que están coludidos con ellos y que cada vez que apuestan, ganan. El de la bolita con toda amabilidad les paga a la vista de todos, por lo que la mente del mirón o víctima empieza a maquinar: yo también puedo ganar.
No falta el mirón tras hacer cuentas y ver lo “fácil” que resulta ganar, se anima a apostar. Ya sea de a 50 o 100 pesos, el mirón apuesta y obvio, nunca gana, nunca le atina a la bolita porque la mano es más rápida que la vista y los que están ahí son estafadores profesionales. Adiós a su dinero en segundos.
El billete del Melate
En esta estafa, llega una persona, generalmente se disfraza como alguien muy humilde, de algún pueblo y se acerca a ti para pedirte ayuda.
Resulta que ganó al Melate y te enseña un boleto y el periódico con los números ganadores. No necesariamente será el máximo premio, pero sí algo jugoso para que despierte en ti la ambición.
Para reforzar, suele llegar una tercera persona, que coteja los números y te dice, sí, sí es el boleto ganador, pero como lleva prisa, inmediatamente se va. Es entonces que la persona humilde te dice que él no conoce la ciudad, ni sabe de trámites y ni siquiera cuenta con identificaciones o documentos, te propone que le des lo que traigas en efectivo e incluso hasta puede pedirte que saques algo del cajero a cambio del billete premiado. Generalmente la ambición puede más y le entregas el dinero que tienes. Finalmente, cuando tratas de cobrar el billete, resulta que es uno que apenas se va jugar en el próximo sorteo.
El cheque enviado del extranjero.
Al igual que la anterior estafa, llega una persona, generalmente se disfraza como alguien muy humilde, de algún pueblo y se acerca a ti para pedirte ayuda diciéndote que tiene dos o más cheques de un banco extranjero y en dólares, pero que sus hermanos o familiares la andan buscando para quedarse debido a que es el pago del seguro de vida de su difunto esposo o esposa, pero que tiene miedo que al salir del banco lleguen ellos y le arrebaten el dinero, por lo que cuando te está explicando llega otra persona y dice, yo voy a cambiar el cheque y para evitar que esta se lleve el cheque deja sus pertenencias encargadas, y se va al banco X, después de varios minutos y con actitud sorpresiva dice “aquí traigo el dinero” en una bolsa que no muestra y se la entrega al estafador lleva consigo volantes del banco X para que pienses que realmente lo cambio, por lo que te “animan” a llevar el cheque al banco y te esperan en las cercanías, entregando tu bolsa con tus pertenencias puesto que el cheque tiene la cantidad de X dólares, y te encaminas al banco a tratar de cambiar el mencionado cheque, por lo que al llegar a la caja y mostrarlo te indican que es un documento falso, y cuando sales a buscar a la o las personas estas ya se fueron con tus pertenencias.
Sea cual fuere la manera de que te estafen o pretendan hacerlo lo más conveniente es dudar de estos, y tener cuidado ante estas “oportunidades”, tomar nota de lo acontecido y realiza tu denuncia a los servicios de emergencia del 066 y 089. de igual manera preven a tus familiares y amistades de estos ya tan ancestrales métodos de estafa pero "efectivos" para quienes los realizan, que día a día modifican sus técnicas para que no nos demos cuenta del hecho y caigamos en las tretas.
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