De vez en cuando hay historias
que involucran a adolescentes engañados o chantajeados para que envíen fotos
comprometedoras a sus acosadores, esto se conoce como sextorsion, se tiene conocimiento que durante
los últimos años esta práctica va en aumento, debido a que muchos menores han
ingresado a una red social, ya sea por estar en contacto con sus amistades o
por curiosidad.
Se han detectado dos tipos de
comportamientos que usan los cyberdelincuantes cuando realizan una sextorsion.
Basados en la confianza, Con esta táctica, los cybercriminales se aprovechan del anonimato que
da Internet para engañar a sus víctimas y ganar su confianza, de manera que mediante
la ingeniería social hacen que la otra parte les proporcione datos personales o
envíen imágenes íntimas. Luego, los usan como palanca para forzar para que manden
más fotos comprometedoras, a cambio de no diseminarlas o en pocas ocasiones a
cambio de alguna cantidad de dinero que deposite en una cuenta de banco, usando
cuentas exprés o de algún conocido.
Basados en malware, esta es la táctica de los espías de cámara web, e implica infectar a la víctima con un virus (malware) que hace que encienda la webcam de manera desapercibida. En este caso, sin quererlo, envían las imágenes que el delincuente usa para chantajearla y para pedir más fotos o videos comprometedores.
Y si bien esto puede sucederle a personas de cualquier género y edad, y todos deberían protegerse por igual, las adolescentes son mayoritariamente las víctimas. Los acosadores también pueden ser de cualquier género y edad, pero la forma de manejarlo debería ser la misma.
Basados en malware, esta es la táctica de los espías de cámara web, e implica infectar a la víctima con un virus (malware) que hace que encienda la webcam de manera desapercibida. En este caso, sin quererlo, envían las imágenes que el delincuente usa para chantajearla y para pedir más fotos o videos comprometedores.
Y si bien esto puede sucederle a personas de cualquier género y edad, y todos deberían protegerse por igual, las adolescentes son mayoritariamente las víctimas. Los acosadores también pueden ser de cualquier género y edad, pero la forma de manejarlo debería ser la misma.
Pero, ¿Qué es lo que debemos o
podemos hacer como padres?
1.- Evitar que menores de edad tengan una
cuenta de red social (Facebook), o bien, que el padre la crea, la administre y
le coloque los candados suficientes y vea quienes son sus contactos, que paginas sigue, a que grupos entra o que .
2.
Supervisar el uso de computadoras y dispositivos de los menores, Otro truco que
no cuesta absolutamente nada pero tiene un enorme impacto es instruir a los menores
a que mantengan las computadoras y/o tabletas en áreas comunes, donde un adulto
pueda supervisarlos. Y aunque los teléfonos son un poco más complicados, puedes
enseñarles desde pequeños cuándo es apropiado el subir o enviar fotografías. O bien
puedes deshabilitar la cámara desde el sistema operativo del teléfono o usar algún
software de control parental.
3. Habla con tus hijos. Igual que para
proteger a los menores de los predadores online, es importante mantener una
línea de diálogo abierta con ellos. Hazles saber que pueden acudir a ti sin
miedo ni represalias, u expresa interés genuino en sus actividades online y
explicarle donde puede navegar con libertad.
3. Tapa la cámara web, Lo más simple que
puedes hacer es colocar un pedazo de cinta removible encima de la webcam cuando
no la estás usando o desconectarla las que no están integradas cuando no las
necesites o bien podrías considerar apagar computadoras y cerrar laptops cuando
no las vayas a usar.
4. Acude a las autoridades no a escuelas,
En algunos casos, la persona que realizó sextorsión es un adolescente también.
Pero este es un delito, más allá de la edad quien lo perpetra. Además de ser un
tipo de extorsión, también puede ser procesado como posesión de pornografía
infantil si la víctima es menor, y también podría ser considerado como
“venganza” en algunas jurisdicciones, si la víctima es un adulto. Reporta cualquiera de estas actividades a
las autoridades, no a la escuela a la que asiste el niño. No es el
trabajo de educadores lidiar con los delitos; tener o
intercambiar fotos de una persona (especialmente un menor) sin su
consentimiento es un asunto muy serio que debería ser manejado por las
autoridades.
Es importante notar que la sextorsión no
es necesariamente un crimen sexual; se trata de ejercer poder sobre víctimas.
Los adolescentes con una buena autoestima y un entorno de apoyo fuerte son
menos propensos a someterse a demandas de extorsión.
Es más probable que los menores no se
vean afectados cuando tienen confianza con sus padres o que reporten cualquier actitud maliciosa
antes de que haya que lamentar daños.
La máscara de los cibercriminales es
diferente, pero hay que tener en cuenta que las relaciones a distancia con
menores (mujeres más que todo) cuando son hijos únicos y que están en la pre
pubertad, la curiosidad y no tener la compañía de los padres por cualquiera que
fuere la situación, da a lugar a que busquen “comprensión” en alguien que se
hace pasar por un joven “atractivo” o una chica “encantadora”, pero que en
realidad no sabemos quién es realmente, y que cuando dan a saber sus verdaderas
intenciones esto será demasiado tarde.